sábado, 23 de febrero de 2013

El problema de la causalidad de Hume

Hume es un filósofo escocés de la Edad Moderna, y uno de los mayores representantes del empirismo filosófico. Pretendió conocer cuales son los mecanismos que rigen la conducta y moral humanas, y para ello, crea su teoría del conocimiento basada en el método experimental, en el cual se evitan los razonamientos no apoyados en datos empíricos.

Una de las consecuencias de su teoría es que va a derribar el concepto de causalidad. Según Hume las causas de las cosas no son ideas de estas, sino relaciones que se establecen entre ellas. Sin esta relación, nuestro conocimiento quedaría limitado a impresiones e ideas, pero no podríamos conocer el futuro. Esta relación es, también, la conexión necesaria entre ideas, es una cuestión de hecho donde predomina la experiencia y la observación. Es a través de la experiencia y de sus circunstancias (contigüidad, prioridad y conjunción constante) cuando confirmamos la veracidad de esta suposición y establecemos la relación causa-efecto. Pero la experiencia no justifica esta existencia, y confiamos en ella gracias al hábito o a la costumbre, y debido a ellos, estamos convencidos de la regularidad de la naturaleza, porque observamos lo como lo mismo que ocurrió en el pasado, ocurre en el presente.

Pero como no sabemos si el futuro será igual, porque este hecho es indemostrable científicamente, solo, a partir de la creencia,  creeremos que los hechos se desarrollarán en el futuro de una manera determinada. Esta creencia constituirá el llamado principio de uniformidad de la naturaleza.

En conclusión, para Hume no existe ningún fundamento objetivo que permita establecer en la ciencia el principio de causalidad. Solo existirán fundamentos psicológicos. Según él, este principio es una creencia que los hombres asumimos en base a ciertas características naturales y epistemológicas que ya tenemos.